Publicado por barrueco1972 on 4:26

Stencil

El esténcil ha resurgido en los últimos años como un mecanismo de expropiación del espacio publico; así como una forma rápida y eficaz de reproducir imágenes que fomenten la crítica en los seres que los observan. Todo esto procurando conservar las cualidades artísticas a las que pertenece: el grabado.

Si bien el grabado como técnica de arte es sumamente dogmática -como son representadas las técnicas de estampación–, el esténcil, por sus calidades, es un instrumento de rápida y fácil reproducción.



Historia

El esténcil es una herramienta que permite la reproducción de una imagen. Se hace uso de una pantalla que delimita el paso de la pintura (o la tinta) por áreas específicas para concretar, a través de un espacio no pintado y un espacio pintado, contrastes en planos, líneas y puntos, con lo cual se genera la imagen.

El esténcil no es una técnica nueva. Se tienen vestigios de que en las pinturas rupestres de América (hace casi 40 000 años) se utilizó la primera plantilla. Ésta fue la mano, y el mecanismo para esparcir el pigmento fue escupiéndolo con la boca.


Teoría

Es importante destacar que este proceso de internacionalización del esténcil responde a una política global de normas que tienden a debilitar la disidencia de los seres humanos.

En la actualidad los problemas a los que se enfrenta la sociedad en contra del mercado, se pueden vislumbrar hasta en la calle.

Lo que antes era un espacio popular hoy se ha convertido en privado: la política de mercantilización ha alcanzado a todos los sectores; la publicidad poco a poco se va apropiando del espacio publico: anuncios comerciales, espectaculares y proyecciones.

Sin embargo, la creatividad del artista popular se erosiona continuamente. La calle, el único medio masivo de comunicación que poseía y con el cual construía protesta y disidencia, le ha sido arrancada. Los gobiernos han creado una ley anti-graffiti, que protege la propiedad pública de lo que para ellos resulta “la contaminación visual”, paradójicamente nunca se habían visto tantos anuncio a nivel del suelo como hoy en la Ciudad de México. Lo que sucede es que las leyes protegen a quien tiene dinero para hacer de su propaganda una “legalidad” y no contaminación visual. Mientras, por otro lado, se vuelven ilegales tod@s l@s creador@s que no pueden pagar por ese derecho. Ésta es la diferencia entre publicidad y participación creativa en las calles: Si el graffiti y el esténcil no pagan, entonces son ilegales

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